viernes, 27 de noviembre de 2009

THE APPRENTICE

FOTOMONTAJE REALIZADO POR MARÍA CAMILA GÓMEZ

lunes, 20 de agosto de 2007

papel tecnológico

En camino…

Colombia se pone las pilas en materia de blogs

Según Blogscolombia, la comunidad más importante de blogs en Colombia, existen hasta la fecha 2336 de estas bitácoras electrónicas pertenecientes a nuestro país.

Un blog o Weblog o cuaderno de bitácora es un espacio en Internet al que cualquiera tiene fácil acceso y en el que puede publicar texto, video, fotos, audio, en fin, cualquier cosa sobre cualquier tema que el autor desee.

En Colombia, el número de blogs, aunque sigue muy por debajo de países como Estados Unidos, incrementa con el paso de las horas, ya que su modo de uso es tan simple que casi cualquier persona puede administrar y crear uno.

En nuestro país, la baja tasa de blogs no se debe a una falta de interés por esta herramienta, sino por la ausencia total de Internet e inclusive de un computador en algunas zonas de nuestro país, por la ignorancia de algunos individuos respecto a tecnología y por desconocimiento de su existencia. Pero poco a poco, los colombianos nos damos cuenta de que existe esta nueva herramienta de software que le da el poder al ciudadano común de acceder a la información y de crearla, independientemente de los medios de comunicación. Ahora, cualquiera es emisor y receptor de la información de una forma mucho más clara, sin necesidad de títulos o experiencia profesional.

Es una comunidad virtual en la que todos comunican y se les comunica; y aunque es de carácter personal, empresas como Microsoft en los spaces o sitios como Blogger, te dan herramientas preestablecidas para formar tu blog, aspecto que hace aún más fácil su creación pero que al mismo tiempo limita en cierta medida la pauta personal que debería dar.

Es un comienzo para entrar en la tecnología, pero posteriormente uno de los enemigos de más fuertes de los weblogs, la mala redacción u ortografía, deberán ser erradicados si se quiere llegar a la alta calidad que muchos blogs del mundo poseen y así darle el respeto y la seriedad que el medio merece.

sábado, 4 de agosto de 2007

AL COLEGA PERIODISTA

POR EL CAMPO COMUNICATIVO

Por ser un proceso natural, innegable, propio del ser humano y un puente directo entre este y su cultura, la comunicación se ha erguido como punto de relación entre todo los campos del conocimiento. Las nuevas tecnologías han hecho de nuestro escenario de existencia, una hipe realidad a causa de los medios, fenómeno que afecta directamente a cada una de las ramas del saber humano; pero a pesar de esta reproyección de nuestra realidad, todavía persisten algunos modos, formas y medios de comunicación que son innatos del hombre, lo que hace que este proceso siga siendo personal y directo entre los seres humanos, cómo es el caso de la kinésica (movimientos corporales) con la que una caricia significa afecto e inclusive al mismo silencio se le otorga un significado; pero de igual manera, los modos, medios y formas artificiales de comunicación siguen siendo propias del ser humano y hacen parte de su cultura porque todo lo que el hombre crea es una reflexión de su entorno y expresa algo de sí mismo a tal punto que se le toma afecto a ese prototipo artificial y una aparente relación impersonal se convierte en una personal casi inmediatamente, por ejemplo con una fotografía de algún ser querido que haya muerto, la fotografía, para mi, atrapa la esencia de ese ser querido y lo recreo constantemente gracias a ella y de cierta manera olvido que es algo artificial.

Al ver que la comunicación es fundamental en la evolución del ser humano, cómo productora de investigación y conocimiento, se encamina en un debatido proceso para llegar a ser una ciencia; de manera curiosa todos los estudios hecho en comunicación, debido a la interdisciplinariedad planteada, son o han sido realizados por filósofos, sociólogos, matemáticos, politólogos, antropólogos, en fin, un inigualable número de profesionales en distintos campos que, paradójicamente, son más que los comunicadores sociales que analizan su campo de estudio. Este ha sido un problema que universidades como la Pontificia Universidad Javeriana de la ciudad de Bogotá, ha planteado de forma crítica a sus estudiantes de comunicación social, no con la idea de desprestigiar o apartar de su campo a profesionales de otras disciplinas, sino para hacerla aún más propia de su campo y convertir a la nueva generación de comunicadores sociales en creadores directos e indirectos de medios de comunicación distintos o fusionados de los actuales, en analistas de teorías y productores de paradigmas comunicativos, en proyectores de una nueva imagen del comunicador social para el resto de la sociedad y así hacer ver que es una profesión que se fundamenta en prestar un servicio a la comunidad, el servicio de enseñar y revelar conocimientos.

Si se siguen los pasos correctos, y la nueva generación de comunicadores sociales logra estos objetivos anteriormente planteados, será aún más relevante la presencia de un comunicador social en cada ámbito del conocimiento, lo que hará a este campo más atractivo ante la sociedad y los futuros profesionales, contribuirá significativamente el desarrollo de cada nación o territorio ya sea en su ordenamiento económico, político, administrativo, moral etc., y así ser eje de cambio en la historia universal.

EDITORIAL


LA RESPONSABILIDAD RECAE EN LA EDUCACIÓN


La gran variedad de rasgos culturales como etnias, costumbres, creencias, sistemas de valores, modos de vida, ideologías etc., han hecho de Colombia un país tan complejo que es difícil de controlar. Las autoridades, desde siempre, viendo la complicación que genera tanto tipo de características en una nación, han optado por mantener un sistema de orden y leyes que satisfaga a lo que se creería como la mayoría de la población. Pero al dejar en un segundo plano al resto e la comunidad colombiana, surge el descontento y la rabia contra la institución o el sistema al mando y eso genera las guerras.

A partir de lo anterior, el mundo, tratando de tomar cierta idea sobre cada país que lo habita, al mirar Colombia se confunde, ya que con nuestro afán de abrirnos a la comunidad internacional, de no atrasarnos en el ritmo mundial y de no caer en las garras del subdesarrollo, mostramos una imagen que se ha formado a lo largo del tiempo y que por la ya mencionada variedad sociocultural, no es ni siquiera clara para nosotros y mucho menos para el resto del planeta.

Por esta falta de una identidad básica y reconocible, que no hemos podido formar a razón de una incapacidad nacional por no saber manejar la multicultura, el resto del mundo a optado por varias visiones sobre nuestro país que podemos clasificar generalmente en dos: la primera a esa guerra que nos ha atormentado toda la vida y que ha sido un producto de el mal control ejercido por el Estado de todo los tiempos, que siempre ha buscado ese beneficio individual para sí mismo y una parte de la población, lo que obliga al resto a defender sus ideales y necesidades por medios que, en parte gracias a la historia que nos formó la España colonizadora, han recurrido a las armas; la segunda visión es esa misma belleza cultural que nos confunde, y que cada extranjero a formado según su propia experiencia; por ejemplo el colombiano trabajador y “hechao` pa` lante” que ha hecho que una empresa americana llegue al punto de pedir como requisito para contratar trabajadores la nacionalidad colombiana, o el artesano que enamoró a Europa con sus obras o el extranjero que a pesar de la primera imagen, perdió el miedo y se arriesgó a venir a este país de guerrilleros y terminó quedándose a vivir en él.

Pero y entonces, ¿Cómo formar una buena imagen de este país con la que nos sintamos totalmente identificados y al mismo tiempo generar orgullo de la misma? La respuesta es la siguiente: todo recae en la educación. Porque sólo ella puede tomar armas en el asunto y cambiar completamente a este país.

La educación será la encargada de formar a las nuevas generaciones, de enseñarle a los nuevos colombianos la realidad del país sin ningún tipo de miedo o restricción, de
brindarles un conocimiento completo de Colombia y del mundo y que no sólo llene las cabezas de información, sino que genere en los estudiantes una necesidad y unas ganas por cambiar las cosas, por tomar medidas al respecto y formarlos éticamente.

Así, se logrará renacer el ideal de un político correcto y para nada corrupto, que lleve al Estado a los rincones del país donde genera ausencia, y por consiguiente esas zonas no creen en él ni se identifican con él y se dejan llevar por otro tipo de autoridad que les brinda suplir las necesidades que acongojan dichas zonas y se gana su fidelidad de esa manera, esa otra autoridad son los grupos al margen de la ley, las guerrillas etc.; pero también surgirá el comunicador social que utiliza el poder transformador de pensamientos de los mass media para bien y no para inculcar ideas de conveniencia; nacerá el científico que se dedique al estudio de la naturaleza colombiana y que logré dar los primeros pasos hacia los avances médicos, químicos, físicos y de otras ciencias que sean exclusivamente colombianas; saldrá el primer ingeniero que produzca tecnología de punta en Colombia; en fin, la educación dará pié a los nuevos profesionales que no buscarán su éxito personal en toros países, sino uno en conjunto con su propia nación.

En base a este proceso, dejaremos de ser un país que oscila entre el subdesarrollo y el progreso, y tendremos un panorama más claro de que esta mal en Colombia y cuales son nuestra necesidades, para llegar a establecer un nuevo orden social en el que la educación jugaría otro papel importante, ya que inculcaría en los estudiantes los beneficios de trabajar en conjunto y de buscar un beneficio común, lo que facilitaría las cosas para mantener la autoridad de la ley, perdiendo la concepción de “obedecer por miedo al castigo” y pasar a “obedecer por conveniencia común”.

Si la educación logra esta misión tan importante para el futuro de nuestro país, podremos abrirnos paso hacia el exterior y mostrar una identidad más clara y una imagen más benévola hacia los otros países, permitiéndonos internamente mejorar nuestra calidad de vida significativamente, y en el mundo adquirir cierto respeto por parte de las otras naciones.

Crónica Urbana

CRÓNICA URBANA

Sólo hay lugar en el mundo en el que se pueda encontrar tantas culturas juntas y que, no sólo se toleran mutuamente, sino que, de cierto modo, se admiran la una con la otra. Ese sitio es el barrio la Candelaria en Bogotá.

En sus calles se respira un aire de nuevo y viejo entremezclados; la gente se confunde entre los altos y modernos edificios que interrumpen el paisaje de las antiguas casas españolas que nos reviven el periodo colonial, y los caminos que los unen, conservan sus viejos nombres para recordarnos que la historia nos formó y que ellas son testigos de los momentos más importantes de nuestra existencia como República.

Se vive un ambiente que la hace otra ciudad, una ciudad totalmente independiente, una utopía de sociedad en la que todas las diferencias son respetadas y se valora la cultura y tradiciones que, al olvidarlas, normalmente hacen que cada vez nos separemos como país y como cultura. Se ven rastas, punketos, gomelos, rappers, metachos etc., todas las nuevas subdivisiones de la juventud de hoy que, de cierto modo, intentan mantener un ambiente de integración, tolerancia y admiración recíproca.

Los cafés, teatros, bares, museos y ferias hacen de la Candelaria un centro de encuentro para las diferentes ideologías; cada persona, cada grupo, cada cultura puede expresarse de la forma que quiera y sus ideas serán acogidas por los demás para formarse una enciclopedia mental de las tradiciones de nuestra sociedad.

jueves, 17 de mayo de 2007

asesino...

CAMPO ELÍAS DELGADO: EL PERFIL DE UN ASESINO

Por María Camila Gómez Caballero.

El 4 de diciembre de 1986 se conserva en la memoria de los bogotanos por los crímenes cometidos por Campo Elías Delgado, un personaje que mató a 29 personas a lo largo de 11 horas y que, terminada la jornada, se suicido.

Un día antes de la masacre, Campo Elías se dirigió a las oficinas del Banco de Bogotá y retiró un total de 48.896 pesos y 93 cts; con esta cantidad compró, ese mismo día, 500 proyectiles para un revolver calibre 32 largo. Al día siguiente –según Mercedes Noguera , vecina del asesino- la señora Rita de Delgado sostuvo una fuerte pelea con su hijo; sin embargo, la testigo tuvo que abandonar el edificio poco antes de que el individuo matara a su madre de un disparo en la cabeza hacia las 4:00 p.m. en el apartamento 401 del edifico El Laurel (Carrera 7ma N. 52-67) de Bogotá. Acto seguido, el homicida incineró el cuerpo, lo que provocó un incendio que alarmó a los vecinos que salieron a ver lo que pasaba y que el individuo mató a medida que abrían las puertas de sus respectivos hogares.

Posteriormente mató a una muchacha a la cuál le impartía clases de inglés junto con su madre, en la calle 118 N. 40-11, lugar donde habitaban las mujeres; luego fue a su lugar favorito, el restaurante Pozzeto de Bogotá, y disparó hacia los clientes después de haber tomado unos tragos. Finalmente, al verse rodeado por las autoridades, no le quedó más escapatoria que suicidarse. Al día siguiente, Campo Elías Delgado fue el protagonista de las primeras planas de todos los periódicos del país y el más comentado por el resto de los medios de comunicación.

Pero, ya conociendo la historia, ¿es Campo Elías Delgado un asesino en serie?, ¿Acaso cumple con todos las características que requiere el término? Varias veces, el escritor colombiano Mario Mendoza, autor del libro Satanás –que se basa en la masacre del 4 de diciembre de 1986-, ha expresado que conoció al homicida en la Universidad Javeriana de Bogotá en su época de estudiante; los dos no eran los mejores amigos, pues, según Mendoza, el personaje era retraído, tímido y no era hombre de tener amigos; su acercamiento se debió por los gustos literarios que ambos compartían, pues Delgado realizaba, en ese momento, una tesis sobre el Dr. Jekyll y Mr Hyde, y Mendoza realizaba una sobre la duplicidad.

La personalidad que describe Mendoza sobre el homicida, es común dentro de los asesinos en serie; la mayoría de este tipo de criminales viene de familias rotas o con problemas constantes, lo que crea personalidades introvertidas, inseguras y que no les permiten relacionarse fácilmente con los demás, personalidad que parte de los problemas que por tantos años sostuvo con su madre. Por otra parte, el escritor también ha dicho que el criminal tenía serios problemas en el plano sexual y era un misógino compulsivo, lo cuál hace que un asesino no pueda separar el placer del dolor, ya que eso lo han vivido desde siempre.

Según la psicología, existen dos tipos de adicciones que unen lo social y lo genérico: la adicción a las sustancias (drogas, tabaco, alcohol, fármacos) y adicción a las conductas (al juego, al sexo, a la violencia). Puede ser que Campo Elías Delgado fuera uno de muchos soldados egresados de la guerra de Vietnam, que regresaron a casa con Estrés postraumático o TEPT, un efecto psicológico diagnosticado en la mayoría de los individuos que alguna vez han asesinado o presenciado muy de cerca una muerte violenta. Esta lesión psicológica consiste en el debilitamiento de la química cerebral e incluye problemas para dormir, ataques de pánico, arrebatos violentos y crisis de ansiedad. Lo más lógico sería pensar que Delgado sufrió estos síntomas a razón de su actividad militar; sin embargo, el psicólogo colombiano Luís Carlos Restrepo, en una nota que escribió sobre la masacre de Pozzeto declaró que nuestro personaje “no mató esa noche porque había estado en Vietnam sino lo contrario: eligió ir a Vietnam porque ya era un asesino”.
Estas palabras abren de nuevo el debate que se ha llevado a cabo durante muchos años: ¿el asesino nace o se hace?

Psicólogos, médicos y criminalistas como Franz Joseph Gall o Cesare Lombroso están de acuerdo con la primera concepción: el asesino o criminal es innato, es otro tipo de raza humana, que todas las funciones intelectuales de un individuo son determinadas por rasgos físicos como la conformación externa del cráneo e inclusive defectos en las orejas. Alexandre Lacassagne, en cambio, opina que no hay criminales congénitos, sino medios y circunstancias que favorecen el crimen y que todos los factores que hacen del individuo un asesino, son formados en la infancia.

Entonces, ¿Delgado fue un asesino innato? o ¿acaso es un individuo trastornado por su infancia y luego por su actividad militar? o ¿fue su estudio de la dualidad en conjunto con sus trastornos sociales los que le afectaron directamente hasta convertirlo en asesino? En todo caso, Campo Elías Delgado no deja de ser lo que fue: un completo asesino, y los crímenes que cometió no se desvanecen de nuestra memoria y mucho menos de los familiares de las víctimas y de los sobrevivientes directamente afectados.

Entrevista a Coni Camelo