sábado, 4 de agosto de 2007

EDITORIAL


LA RESPONSABILIDAD RECAE EN LA EDUCACIÓN


La gran variedad de rasgos culturales como etnias, costumbres, creencias, sistemas de valores, modos de vida, ideologías etc., han hecho de Colombia un país tan complejo que es difícil de controlar. Las autoridades, desde siempre, viendo la complicación que genera tanto tipo de características en una nación, han optado por mantener un sistema de orden y leyes que satisfaga a lo que se creería como la mayoría de la población. Pero al dejar en un segundo plano al resto e la comunidad colombiana, surge el descontento y la rabia contra la institución o el sistema al mando y eso genera las guerras.

A partir de lo anterior, el mundo, tratando de tomar cierta idea sobre cada país que lo habita, al mirar Colombia se confunde, ya que con nuestro afán de abrirnos a la comunidad internacional, de no atrasarnos en el ritmo mundial y de no caer en las garras del subdesarrollo, mostramos una imagen que se ha formado a lo largo del tiempo y que por la ya mencionada variedad sociocultural, no es ni siquiera clara para nosotros y mucho menos para el resto del planeta.

Por esta falta de una identidad básica y reconocible, que no hemos podido formar a razón de una incapacidad nacional por no saber manejar la multicultura, el resto del mundo a optado por varias visiones sobre nuestro país que podemos clasificar generalmente en dos: la primera a esa guerra que nos ha atormentado toda la vida y que ha sido un producto de el mal control ejercido por el Estado de todo los tiempos, que siempre ha buscado ese beneficio individual para sí mismo y una parte de la población, lo que obliga al resto a defender sus ideales y necesidades por medios que, en parte gracias a la historia que nos formó la España colonizadora, han recurrido a las armas; la segunda visión es esa misma belleza cultural que nos confunde, y que cada extranjero a formado según su propia experiencia; por ejemplo el colombiano trabajador y “hechao` pa` lante” que ha hecho que una empresa americana llegue al punto de pedir como requisito para contratar trabajadores la nacionalidad colombiana, o el artesano que enamoró a Europa con sus obras o el extranjero que a pesar de la primera imagen, perdió el miedo y se arriesgó a venir a este país de guerrilleros y terminó quedándose a vivir en él.

Pero y entonces, ¿Cómo formar una buena imagen de este país con la que nos sintamos totalmente identificados y al mismo tiempo generar orgullo de la misma? La respuesta es la siguiente: todo recae en la educación. Porque sólo ella puede tomar armas en el asunto y cambiar completamente a este país.

La educación será la encargada de formar a las nuevas generaciones, de enseñarle a los nuevos colombianos la realidad del país sin ningún tipo de miedo o restricción, de
brindarles un conocimiento completo de Colombia y del mundo y que no sólo llene las cabezas de información, sino que genere en los estudiantes una necesidad y unas ganas por cambiar las cosas, por tomar medidas al respecto y formarlos éticamente.

Así, se logrará renacer el ideal de un político correcto y para nada corrupto, que lleve al Estado a los rincones del país donde genera ausencia, y por consiguiente esas zonas no creen en él ni se identifican con él y se dejan llevar por otro tipo de autoridad que les brinda suplir las necesidades que acongojan dichas zonas y se gana su fidelidad de esa manera, esa otra autoridad son los grupos al margen de la ley, las guerrillas etc.; pero también surgirá el comunicador social que utiliza el poder transformador de pensamientos de los mass media para bien y no para inculcar ideas de conveniencia; nacerá el científico que se dedique al estudio de la naturaleza colombiana y que logré dar los primeros pasos hacia los avances médicos, químicos, físicos y de otras ciencias que sean exclusivamente colombianas; saldrá el primer ingeniero que produzca tecnología de punta en Colombia; en fin, la educación dará pié a los nuevos profesionales que no buscarán su éxito personal en toros países, sino uno en conjunto con su propia nación.

En base a este proceso, dejaremos de ser un país que oscila entre el subdesarrollo y el progreso, y tendremos un panorama más claro de que esta mal en Colombia y cuales son nuestra necesidades, para llegar a establecer un nuevo orden social en el que la educación jugaría otro papel importante, ya que inculcaría en los estudiantes los beneficios de trabajar en conjunto y de buscar un beneficio común, lo que facilitaría las cosas para mantener la autoridad de la ley, perdiendo la concepción de “obedecer por miedo al castigo” y pasar a “obedecer por conveniencia común”.

Si la educación logra esta misión tan importante para el futuro de nuestro país, podremos abrirnos paso hacia el exterior y mostrar una identidad más clara y una imagen más benévola hacia los otros países, permitiéndonos internamente mejorar nuestra calidad de vida significativamente, y en el mundo adquirir cierto respeto por parte de las otras naciones.

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