María Camila Gómez C.
III.2007.Com.Social

¡Dejen jugar al bolichero!

A pesar que, después del fútbol, el deporte de los bolos es el más jugado del país, no cuenta con un fuerte patrocinador ni de practicantes ni de eventos para dicha disciplina.

“A los 17 años vivía cerca de la bolera El Salitre y una vez vi a unos amigos que estaban jugando y me empezó a gustar; después vi los torneos por televisión y me quedó gustando y así comencé a practicar una vez a la semana, luego dos veces, tres veces y después me metí a la Liga de Bolos de Bogotá y empecé a jugar mucho mejor y entonces sentí que ese era mi deporte.” Así fue como Jaime Orlando Gómez Mendoza inició su carrera en el deporte de los bolos; que, por esos días, no era muy reconocido en el ámbito del deporte y que aún estaba en proceso de formar a grandes profesionales. Hoy, este hombre de 40 años de edad recuerda con agrado aquellas épocas en las que pasaba horas seguidas practicando junto a sus compañeros de juego y con los cuales formó grandes amistades.

Hoy, la ciudad de Bogotá es conocida como “la capital del bolo” debido al sinnúmero de pistas que existen actualmente -ya sea en clubes, boleras establecidas o centros comerciales- y a los más de 40.000 practicantes, de todas las edades, que lo juegan; los lugares y fábricas que elaboran todos los implementos necesarios para practicarlo, tanto por hobby como profesionalmente, dotan a sus productos de una excelente calidad y es fácil encontrar una buena bola, una pista aceitada a la perfección y zapatos, junto con otros elementos del uniforme, cómodos y totalmente reglamentarios.

“No hay buenos patrocinadores como para que uno practique y haga dinero”

Pero es precisamente por esta razón, por la que Jaime Orlando dejó su carrera deportiva y pasó su afición al deporte de los bolos a un segundo plano: “es un deporte bastante costoso porque una línea de bolos cuesta entre 5.000$ y 6.000$ y los implementos para practicarlo, como por ejemplo la bola, cuesta entre 800.000$ y 1.000.000$, un par de zapatos no deja de costar 300.000$...”. Desafortunadamente, en Colombia, este deporte no recibe mayor patrocinio que ayude a sostener económicamente a los practicantes de dicho juego, y es por esto que muchos de los quilleurs abandonan el deporte de los bolos a nivel profesional.

FOTO DE ARCHIVO: I Campeonato Nacional de Mayores 2da y 3ra categoría- Julio de 1991. Jaime Orlando se encuentra en el primer lugar, el primer hombre a mano izquierda.

Paradójicamente, esta disciplina es una de las preferidas del medio empresarial y micro empresarial del país; pero sin el apoyo económico hacia los deportistas ni a los eventos de este deporte, es mucho más difícil el camino profesional si se piensa practicarlo. Pero a pesar de esta situación, Colombia posee campeones mundiales en distintas categorías, entonces: ¿Cómo avanzaría el deporte de los bolos con un buen patrocinio y soporte económico?

(Artículo periodístico).